De nuestros lectores
De nuestros lectores
Santuario ecológico Gracias por el artículo “El Pantanal: asombroso santuario” (8 de septiembre de 1999). Acompañé al redactor en mi imaginación hasta aquel cautivante lugar, y disfruté de la paz y serenidad que allí se encuentran. Espero ansiosa el día en que Dios hará que condiciones semejantes se extiendan por todo el planeta.
M. A., Italia
Diabetes Acabo de terminar por segunda vez la lectura del artículo “Su hija tiene diabetes” (22 de septiembre de 1999). Hace diez meses me enteré de que padezco diabetes de tipo 1. Siempre había sido una persona saludable, y era precursora (evangelizadora de tiempo completo) desde los 17 años de edad. He tenido que hacer muchos cambios en mi vida durante los pasados meses. Necesito utilizar una bomba de insulina, y los gastos que conlleva mi enfermedad me han obligado a dejar el precursorado. Les agradezco que publiquen artículos como ese, que nos recuerdan que otros pasan por pruebas parecidas.
B. F., Estados Unidos
Mi hijo de cuatro años ha padecido diabetes desde que tenía dos. Comprendemos bastante bien los sentimientos que Sonya y su familia expresaron en el artículo. Sentimos gratitud por la amorosa hermandad cristiana que nos ha ayudado a hacer frente a la situación.
C. R., Moldova
Desde hace tiempo había anhelado leer algo animador sobre el tema. Tengo 17 años y he vivido con la diabetes desde que tenía cinco. A veces ha sido un verdadero desafío enfrentarme a la enfermedad. Me emociona contar con un artículo sencillo que podré mostrar a mi familia y amigos para contestar sus preguntas y ampliar sus conocimientos sobre la diabetes.
K. W., Canadá
¿Peligroso? Me gustó mucho el artículo que leí, titulado “Un gran aporte femenino” (22 de junio de 1999). Pero me sorprendió un poco observar que las voluntarias de construcción no usaban protección para los ojos.
R. L., Estados Unidos
Nuestros lectores pueden estar seguros de que las voluntarias sí usan protección para los ojos cuando trabajan. Se les pidió que posaran para las fotos —sin gafas de seguridad— de modo que pudieran apreciarse bien sus radiantes rostros.—La Redacción.
Injusticia Deseo darles las gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Cómo puedo sobrellevar la injusticia?” (22 de septiembre de 1999). Aunque soy joven, he padecido muchas injusticias y actos violentos, tantos que tengo hondas heridas emocionales que me dificultan efectuar mi actividad de precursora, en la que he participado durante los últimos ocho años. Me tranquilizó la frase que decía: “Haz cuanto puedas por sobrellevar la situación”. Esas palabras irradian amor, y les doy las gracias desde el corazón.
A. G., Italia
La música He sido anciano de la congregación cristiana por años y siempre me he interesado por los jóvenes. Recientemente me sentí desalentado porque se hacían los sordos cuando intentaba advertirles de los peligros de algunos géneros de música moderna. No obstante, la serie de artículos “La música y su asombroso poder” (8 de octubre de 1999) fue justo lo que necesitaba. Las citas de fuentes seglares que trataban sobre los efectos negativos de cierto tipo de música son muy buenas. Voy a compartir esas ideas con nuestros jóvenes.
D. H., Bolivia
Soy vocalista y enseño música en una escuela elemental. Puedo decirles que los artículos recientes sobre la música fueron muy interesantes. ¡Gracias!
K. F., Estados Unidos