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¿Anticuada, o adelantada para su tiempo?

¿Anticuada, o adelantada para su tiempo?

CIENCIA

LA BIBLIA NO ES UN LIBRO DE CIENCIA, PERO CONTIENE AFIRMACIONES MUY ADELANTADAS PARA SU ÉPOCA. VEAMOS ALGUNOS EJEMPLOS.

¿Tuvo principio el universo?

Hubo una época en la que los científicos más destacados estaban convencidos de que no. Ahora, la mayoría admite que el universo sí tuvo principio. La Biblia siempre lo había dicho (Génesis 1:1).

¿Qué forma tiene la Tierra?

Mucha gente en la antigüedad pensaba que la Tierra era plana. En el siglo quinto antes de nuestra era, algunos científicos griegos sugirieron que tenía forma de esfera. Pero mucho antes, en el siglo octavo antes de nuestra era, el escritor bíblico Isaías habló del “círculo de la tierra” utilizando una palabra que también puede traducirse como “esfera” (Isaías 40:22).

¿Se deterioran los cuerpos celestes con el paso del tiempo?

Aristóteles, científico griego del siglo cuarto antes de nuestra era, enseñó que solo la Tierra se deteriora, mientras que los cuerpos celestes nunca cambian ni se corrompen. Esa creencia perduró cientos de años, hasta que en el siglo diecinueve los científicos formularon el concepto de la entropía, que sugiere que toda la materia se deteriora, tanto la terrestre como la celeste. Uno de los científicos que contribuyó a desarrollar este concepto, lord Kelvin, se dio cuenta de que, al hablar sobre el cielo y la Tierra, la Biblia dice: “Igual que una prenda de vestir todos ellos se gastarán” (Salmo 102:25, 26). Kelvin creía, como dice la Biblia, que Dios puede impedir que ese deterioro destruya lo que él ha creado (Eclesiastés 1:4).

¿Cómo se sostienen los planetas?

Aristóteles enseñó que todos los cuerpos celestes estaban encajados en esferas transparentes, cada una dentro de otra más grande, con la Tierra en el centro. En el siglo dieciocho de nuestra era, los científicos empezaron a aceptar la idea de que los planetas quizás se sostenían en el vacío. Pero ya en el libro bíblico de Job, escrito en el siglo quince antes de nuestra era, leemos que el Creador está “colgando la tierra sobre nada” (Job 26:7).

MEDICINA

LA BIBLIA NO ES UN TRATADO DE MEDICINA, PERO CONTIENE PRINCIPIOS QUE DEMUESTRAN UN CONOCIMIENTO SOBRE TEMAS DE SALUD MUY ADELANTADO PARA SU TIEMPO.

Poner a los enfermos en cuarentena

La Ley mosaica estipulaba que los enfermos de lepra debían estar separados de las personas sanas. Esta medida, que aún sigue siendo útil, no se puso en práctica hasta que surgieron las epidemias de la Edad Media (capítulos 13 y 14 de Levítico).

Lavarse después de tocar un cadáver

Hasta finales del siglo diecinueve, era habitual que los médicos examinaran cadáveres y luego, sin lavarse las manos, examinaran a sus pacientes, lo que causó muchas muertes. Sin embargo, la Ley mosaica decía que quien tocara un cadáver quedaba impuro ceremonialmente. Incluso prescribía que, en esos casos, la persona tenía que limpiarse ceremonialmente con agua. Sin duda, esas prácticas religiosas también fueron beneficiosas para la salud (Números 19:11, 19).

Eliminar los excrementos

Todos los años, más de medio millón de niños mueren de diarrea, en muchos casos por estar expuestos a excrementos humanos que no han sido eliminados apropiadamente. La Ley mosaica decía que los excrementos humanos debían enterrarse lejos de donde vivía la gente (Deuteronomio 23:13).

El momento de la circuncisión

La Ley de Dios estipulaba que debía circuncidarse a los niños cuando tenían ocho días de vida (Levítico 12:3). La coagulación de la sangre en los recién nacidos alcanza niveles normales a partir de la primera semana. En tiempos bíblicos, mucho antes de contar con tratamientos médicos avanzados, era una buena medida de protección esperar más de una semana antes de circuncidar a un niño.

La relación entre la salud emocional y la física

Los investigadores médicos y los científicos afirman que emociones positivas como la alegría, la esperanza, la gratitud y la disposición a perdonar son beneficiosas para la salud. La Biblia dice: “Un corazón que está gozoso hace bien como sanador, pero un espíritu que está herido seca los huesos” (Proverbios 17:22).