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Lo confunden con un pastor

Lo confunden con un pastor

 En Chile, Osman, su mujer y su hija estaban predicando con el carrito de publicaciones fuera de un cementerio. De repente, llegó un montón de gente tocando música; era un cortejo fúnebre. Algunos pensaron que Osman era el pastor, así que se le acercaron, lo abrazaron y le dijeron: “Pastor, gracias por estar aquí. Lo estábamos esperando”.

 Osman intentó explicarles que él no era el pastor, pero había tanto ruido que no lo oían. Poco después de que la gente entrara en el cementerio, algunos volvieron y le dijeron: “Pastor, todos lo estamos esperando”.

 Ahora que ya no había tanto ruido, Osman por fin pudo explicarles quién era y qué hacía allí. La gente primero se molestó porque el pastor no había venido. Pero entonces le dijeron a Osman “¿Podría usted decirnos unas pocas palabras de la Biblia?”, y él estuvo de acuerdo.

 De camino a la tumba, Osman les preguntó detalles sobre la difunta y pensó en algunos versículos que podría leerles. Al llegar, se presentó y les dijo a los que se habían reunido allí que él era testigo de Jehová y que por eso hablaba con las personas de buenas noticias.

 Les leyó Apocalipsis 21:3, 4 y Juan 5:28, 29, y les explicó que el propósito de Dios nunca fue que la gente muriera. Es más, les dijo que Dios pronto resucitará a las personas que han muerto, y que podremos vivir para siempre en la Tierra. Cuando Osman terminó, muchos de los que estaban allí lo abrazaron y le dieron las gracias por ese mensaje de “buenas noticias de Jehová”. Luego regresó al carrito de publicaciones.

 Después del funeral, algunos fueron al carrito y les hicieron preguntas sobre la Biblia a Osman y su familia. Hablaron largo y tendido y, cuando se fueron, se llevaron casi todas las publicaciones del carrito.