SECCIÓN 9
¿Qué es el pecado?
“No hay en la tierra hombre justo que siga haciendo el bien y no peque.” (ECLESIASTÉS 7:20)
LAS personas buenas desean que sus pensamientos, sentimientos y acciones sean siempre los correctos. Pecar significa no alcanzar ese objetivo a la perfección. Es como lanzar dardos y nunca dar en el blanco.
¿Se peca solo cuando se comete un delito grave?
Todas las malas acciones, sentimientos o pensamientos son pecados. Esto incluye, por ejemplo, dar rienda suelta a la ira, maldecir al cónyuge o a los hijos, alimentar deseos inmorales o dejarse llevar por el egoísmo.
¿Puede alguien decir que jamás ha cometido un pecado?
Tomemos por caso el décimo mandamiento: “No debes desear [...] cosa alguna que pertenezca a tu semejante” (Éxodo 20:17). ¿Hay alguien que honestamente pueda decir que nunca ha violado este mandamiento? La realidad es que “no hay hombre que no peque” (1 Reyes 8:46). Conseguir no pecar, aunque sea por un solo día, es imposible para nosotros.
¿Es el pecado algo más que hacer cosas malas?
El que no podamos evitar cometer errores demuestra que pecar va más allá de hacer cosas malas. Todos heredamos el pecado. Si nos enfermamos, envejecemos y morimos, no es porque hayamos decidido hacer lo malo, sino porque nacemos imperfectos, con la tendencia a pecar. Aunque tratemos, no podemos evitarlo. “¿Quién puede producir a alguien limpio de alguien inmundo? No hay ninguno.” (Job 14:4.)
Adán y Eva fueron creados perfectos, sin la tendencia a cometer errores. Cuando decidieron pecar, llegaron a ser como un molde abollado del cual solo salen panes con la marca de esa abolladura. Así que no tenemos elección. Todos llevamos la misma marca: el pecado, es decir, somos imperfectos y propensos a la maldad. Pero ¿es eso algo realmente importante?